Las relaciones humanas, están siempre condicionadas en razón de la conducta propia y de la conducta del los demás. Siempre pensamos que la nuestra, es la conducta correcta, incluso aunque esta no lo sea, y si no lo es, nos autojustificamos enseguida dándonos nuestras propias razones, las cuales creemos son solidas para proceder como procedemos.