CITA BÍBLICA: LUCAS 7.11-17
El ambiente de cada casa es propiciado por los habitantes que conforman el hogar. En este nuevo año les invito a RECONOCER la presencia del Señor en sus hogares y que se respire una esperanza nueva ahí en tu lar. Puede ser que hayan perdido algo o algún ser querido, pueden haberse instalado en los rincones de tu alma, de tu corazón y de tu casa, el temor, la tristeza y la decepción. Se torna oscuro a veces el horizonte, pero cuando permitimos que el Señor habite y haga campamento en nuestro corazón y en nuestro hogar, habrá un nuevo amanecer como lo hubo en la casa de la viuda de Naín.
Era viuda, pero todavía le quedaba su único hijo como alegría y sustento para ella. De repente, él también murió. ¡¡¡No esperaba esa noticia!!! y cuando va a enterrar a su único y amado hijo (Los enterraban el mismo día que morían), aunque iba acompañada de mucha gente del pueblo, se sentía muy sola y devastada, JESÚS, EL HIJO DE DIOS, la encuentra con su corazón roto y las esperanzas deshechas. No le esperaba más que un futuro en la mendicidad, PERO el Señor que DA VIDA, le dice: ¡NO LLORES¡ Pero no era una frase de cajón, ni vacía, eran unas palabras de verdadero consuelo. Enseguida se acerca y TOCÓ el féretro y dice al muerto: “JOVEN, A TI TE DIGO: ¡LEVÁNTATE¡ Y al instante el joven se sentó y habló. JESÚS hace entrega a la viuda de su hijo VIVO Y SANO.
Volver a casa para esa viuda fue diferente, lo que ella creía que iban a ser meses y años de dolor y lágrimas el SEÑOR de la vida los convirtió en gozo y fiesta.
De la misma forma HOY el Señor ha salido a nuestro encuentro y quiere revivir tu esperanza, tus fuerzas, tu fe, tu amor y tu familia; El quiere que no llores más de desconsuelo y amargura, sino de alegría y GRATITUD. Que en este nuevo año le abramos cada día nuestro corazón y las puertas de nuestro hogar a Jesús, Dador de la vida que REVIVE lo que está muerto.
¿Qué Sientes Que Se Ha Muerto En Tu Vida, En Tu Hogar?
¿Crees Que El Señor Puede Revivir Tu Esperanza?
¿Puedes Compartir Con Tu Familia Esa Nueva Esperanza?