Muchos de nosotros como individuos o parte de una familia, preferimos evitar las problemáticas que se nos presentan, o evitamos ahondar en temas que tal vez a nuestro juicio “ya pasaron al olvido”; y cuando estas quieren salir a flote, simplemente las evitamos. La palabra del Señor en Nehemías nos enseña que esta práctica no es tan sana.
Nehemias como parte de una comunidad, se dio a la tarea de escuchar a su hermano, sobre la situación que atravesaba su familia; él tenía algunos indicios que no todo estaba bien, pero ignoraba el fondo del problema. ¿Cuántas veces hemos ignorado los problemas de fondo que acontecen en nuestra familia?. Nosotros al igual que Nehemias debemos de aprender a escuchar, a reconocer, e identificarnos con las necesidades que se presentan en nuestro hogar. ¿Qué es lo que calla nuestra(o) esposa(o), nuestros hijos y quienes conviven con nosotros bajo el mismo techo? (leer de versículo: 1-4).
La palabra del Señor en (Neh1:4) nos da una gran lección, debemos identificar nuestras problemática como individuos y como familia, y luego acudir a la presencia de Dios. La situación que estás viviendo, no quedará resuelta hasta que se la presentemos al Señor por medio de la oración. Pero observemos algunas características que debemos de tener en cuenta en la oración que hace Nehemias y que son necesarias en este proceso:
Hermanos, Dios nos ha escogido para una de las tareas más difíciles en el mundo: dirigir su hogar. Por esta razón los invito a que nos pongamos de rodillas delante de Él, y en oración pidamos que nos prepare para hacerle frente a los retos y desafíos que estamos afrontando como familia. Que sea Él levantando los “muros” de nuestra relación familiar que se han visto deteriorados por lo que muchas veces callamos y no hemos llevado a su presencia.
Claves: Reconocer las necesidades, identificar mi responsabilidad, Llevarlo a los pies de Dios.