1 Tesalonicenses 5:17-18 (PDT) Nunca dejen de orar. Den gracias a Dios siempre, porque eso es lo que él quiere para ustedes en Jesucristo.
Para finalizar esta serie acerca de la importancia de la oración en nuestra iglesia casera, que no va más allá de ver esposos, hijos, padres, hermanos, abuelos, nietos, tíos, primos, suegros, etc.; juntos adorando a Dios, en ese hermoso y poderoso tiempo, la palabra de Dios nos confronta con hacer algo que parece complejo «oren incesantemente».
Que Dios nos indique que en ningún momento deberíamos dejar de orar, puede parecer difícil de lograr, pero en realidad es más simple, Dios por medio de las palabras de Pablo, nos está animando a que nosotros jamás dejemos que nada ni nadie interrumpa nuestra relación y comunicación con Él, nos está diciendo que no debe haber disminución en la regularidad del hábito de mantenernos “aferrados a la mano de Dios” en medio de todas las circunstancias de la vida.
El apóstol Pablo tenía autoridad para exhortarnos (animarnos), puesto que él mismo dio ejemplo:
Por último, el texto combina la mejor fórmula que acompaña la oración y es el agradecimiento, ser agradecido es algo que siempre debe estar presente en la comunión con Dios y definitivamente nos permitirá ser incesantes en la oración, ya que cada segundo hay un motivo para estar agradecido con Dios.
¿En tus palabras, qué entiendes cuando te dicen “no ceses de orar”? ¿Has pasado día y noche en oración alguna vez? ¿Piensa cuántas cosas que has recibido, te harían estar agradecido con Dios?
Pastor Diego Bernal Lozano