Durante el mes de noviembre, nuestro altar familiar se desarrolló la Restauración del Creyente, y en los versículos utilizados identificamos un tema crucial (decisivo o determinante) para nosotros los cristianos y es: NUESTRA COMUNIÓN CON DIOS.
Por esta razón, en este altar familiar hablaremos del ejemplo que recibimos por parte de nuestro Señor Jesucristo con respecto a La Oración, pero también, como este se convierte en un indicador para medir el nivel de nuestra vida espiritual.
Nuestra vida de oración a nivel personal y como iglesia, es el indicador para medir el nivel de nuestra vida espiritual; en ninguna otra parte se hace más evidente nuestra sequía espiritual y nuestra debilidad. Por esta razón nuestro Señor Jesucristo es nuestro mejor ejemplo y quien nos invita a ver la Oración como un hábito necesario para mantener una Comunión constante con Dios.
Con respecto a este tema Billy Graham(2017) dice: “Nadie ha alentado más la oración que Jesús. Los seguidores de Cristo recibieron tanto el aliento como la enseñanza para orar. Veían constantemente el ejemplo que Él daba en la oración, y notaron la relación directa entre el ministerio excepcional de Jesús y su devota vida de oración”.
En Efesios capítulo 5:1 se nos exhorta a ser "imitadores" de Dios como "hijos amados”. La palabra del texto original griego es una palabra derivada de "mimo", tal y como la hallamos en la palabra "pantomima". Un imitador bueno y convincente se identifica totalmente con la persona que quiere imita; la ha observado cuidadosamente y la ha estudiado, y entonces es capaz de imitar su comportamiento.
En (1 Jn 2:6) leemos que "debemos andar como él anduvo".
Su vida, y con ella también Su vida de oración es, por lo tanto, ejemplo y pauta para nuestra vida de oración. Si estudiamos la vida práctica de nuestro Señor en los Evangelios, meditando sobre sus costumbres a la hora de orar, entonces el ejemplo de nuestro Señor y el amor hacia Él nos estimulará más que cualquier otra cosa a "imitarlo" y llegar a parecernos más a Él (2 Co 3:18).
El Evangelio de Lucas es llamado como el "Evangelio del discipulado", encontramos otra enseñanza de nuestro Señor Jesucristo con respecto a la Oración, leamos (Lucas 11:1-11)NVI.
Hermanos regresemos de nuevo a esta práctica, la cual debe ser incesante para beneficio de nuestras vidas, recuerde la palabra de nuestro Señor Jesucristo:
“13 Pues, si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!” (Luca:11:11).
“Debemos orar en tiempos de adversidad, para no volvernos personas sin fe e incrédulas. Debemos orar en tiempos de prosperidad, para no volvernos jactanciosos y orgullosos. Debemos orar en tiempos de peligro, para no volvernos temerosos y dubitativos. Necesitamos orar en tiempos de seguridad, para no volvernos autosuficientes” ( Graham,2017).