El hogar, fundamentado en la palabra de Dios, es bienaventurado. La familia ha sido y sigue siendo parte del proyecto de Dios. En Génesis 2.24 hay tres verbos Dejar, Unir y Ser. El verbo significa acción, algo que hay que hacer. Una nueva familia debe conjugarlos todos, Dejar a su familia anterior, Unirse emocional, cultural y espiritualmente el uno con el otro y finalmente Ser una sola carne.
Entre hombre y mujer (cónyuges) debe haber comunicación en todos los niveles, para sentirse realizados y COMPLETOS O COMPLEMENTADOS, Dios los reunió en un HOGAR para que compartieran su vida en armonía y unidad.
Aquí algunas dimensiones de la comunicación: Unión sicológica, para tener compañía, soñar, proyectar, decidir etc. Unión espiritual, para encontrar el verdadero sentido del matrimonio pues aquí además de la unión hombre-mujer está presente Dios. Unión sexual, para consumar la plenitud de la unión matrimonial y perpetuar al mismo tiempo la especie humana. Génesis 1.28
“¡Estos es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne!” Gn 2.23. Cuando Dios le presenta a Eva, Adán queda conmocionado ante la vista de ese ser hermoso y de su misma especie.
“…Dejará el hombre a su padre y a su madre…” Gn. 2.24. Antes de Adán y Eva no existían suegros o padres, la decisión de hacer un nuevo hogar y dejar a los suegros debe ser tomada antes de contraer matrimonio, esa es la voluntad de Dios.
“…Y serán una sola carne” Ahora ya no dos, sino uno. El hombre y la mujer se funden en una unión de cuerpo, mente y alma, surgiendo una nueva entidad, ahora son uno, una sola carne, consuman su amor en una relación nueva y viva.
Fueron creados para: Complementarse. Lo masculino y lo femenino no es antagonismo, sí, somos diferentes en lo físico y en lo emocional, pero somos complementarios. Mateo 19.4-6.
Diseñados para comprenderse. El principal propósito del matrimonio es la compañía, la comunión entre los dos. Cada miembro de la pareja debe renunciar a algunas cosas a favor del otro, y comprender las diferencias para vivir en armonía.
Fueron bendecidos por Dios. La totalidad de la unión conyugal y los hijos son bendecidos por Dios.
¿Sabe que dejar a los padres no significa descuidarlos? ¿Es consciente que la sexualidad en el matrimonio es un acto santificado por Dios? ¿Sabe que su cónyuge no es su media naranja, sino un ser completo que ama y es amado?
Pastor Luis Eduardo Palacios