Pero también me acuerdo
de algo que me da esperanza:
Sé que no hemos sido destruidos
porque Dios nos tiene compasión.
Sé que cada mañana se renuevan
su gran amor y su fidelidad.
Lamentación 3:21-23 (NBV)
Durante estos lunes hemos hablado del amor como una decisión, del amor como algo que se aprende y se enseña, del amor como el mejor antídoto contra el mal y hoy quiero que terminemos esta serie de devocionales haciendo énfasis en el desafío que como iglesia nos planteamos este 2021: ¡Todas las cosas serían nuevas! Y por tanto nuestro amor también debe renovarse.
El abuelo estaba muy nervioso mientras esperaba que por la puerta ingresara la que por 40 años ha sido su esposa; Margarita esta radiante y su cabello blanco hace juego con el velo que adorna su cabeza y una enorme sonrisa se dibuja en su rostro; al verla solo puede reconocer lo bueno que ha sido Dios, porque su matrimonio ha sobrevivido tantos años y no ha sido destruido por cuanto cada día el amor ha sido afirmado y renovado; el abuelo Efraín sabe que no debe preocuparse en pensar si la abuela lo amara los siguientes 10 años, basta con saber que ese día ella decidió amarlo y que el decidió amarla.
El profeta Jeremías también estaba nervioso mientras escribía los versos que encabezan este devocional; estaba nervioso pues se sentía amado aun cuando habían muchos motivos para haber sido destruido, estaba nervioso pues sabía que ese día, una vez más, tendría la oportunidad de disfrutar de la fidelidad de Dios de experimentar el amor renovado del Señor por él.
Así como el abuelo y el profeta se sentían felices al disfrutar de un amor renovado, así hoy te invito a que disfrutes del amor renovado que el Señor tiene para ti hoy, un amor que te recuerda de todo lo que el Señor te ha librado y que te invita a tener esperanza y a experimentar su fidelidad y bondad.
Y de la misma manera, hoy te invito a que renueves tu amor, desde luego por el Señor como el promotor de todo amor; pero también por tu familia, renueva tu amor por tu cónyuge y aprovecha y dile que le amas, escríbele una nota, dedícale una canción o vuelve a susurrarle un “te amo”; a tus padres, a tus hijos o demás familiares una vez más invítalos a que compartan una cena, un almuerzo, una película, un viaje.
No lo olvides, es tiempo de amar, es tiempo de renovar nuestro amor, en ultimas: “sabemos que cada mañana se renuevan su gran amor y su fidelidad”.