Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón
Lucas 2:7
Sin el nacimiento de Jesús no hubiese habido reconciliación con Dios, es por esa razón que en esta época en donde todo el mundo celebramos el nacimiento de nuestro Salvador, tenemos que ponernos a pensar en el gran valor que tiene su nacimiento y más aún su muerte por nuestros pecados.
Ante el nacimiento de Jesús, ¿Qué actitud tomaras?, es cierto que tu no le pediste venir a la tierra a morir por ti ni por mí, pero aun cuando no se lo pediste, Él se humillo a lo sumo, tomando forma de hombre y haciéndose semejante a nosotros murió para darnos vida y vida en abundancia.
¿Ahora entiendes porque esta época es una época de reconciliación?, es de reconciliación porque Dios mismo quería que el mundo se reconciliara con Él y por eso nació Jesús. Ante esto no es de extrañarnos si en esta época muchos ablandan su corazón.
Que lindo seria que todo el año fuera una buena oportunidad para tener un corazón blando lleno de reconciliación y no esperar a que llegue diciembre o la época de Navidad para hacerlo. Si cada uno de los hombres de este mundo entendiera que Dios anhela reconciliarse con ellos, todo fuera diferente. No habría más guerras, no habría más delincuencia, no habría demasiada pobreza, ni habría enfermedades, luego nos preguntamos: ¿Por qué Dios permite esto?, ¿Porque por un momento no analizamos que somos nosotros los que permitimos que esto se dé?, ¿Qué culpa tiene Dios de que no queramos aceptar su reconciliación?, creo que cada uno deberíamos ser conscientes de que, si un día Jesús nació, fue para reconciliar al mundo con Dios.
Que esta época nos sirva de referencia y reflexión para tratar que nuestra vida durante todo el año sea una vida que agrade a Dios, que lo ame y que ame a los demás como así mismo. ¿Época de reconciliación? Si, ¿Pero estará bien que solo sea en el mes de diciembre o en la época de navidad?, creo rotundamente que no, deberíamos estar permanentemente reconciliándonos con Dios.