Dios mío, tú cumplirás en mí todo lo que has pensado hacer. Tu amor por mí no cambia, pues tú mismo me hiciste.
¡No me abandones!
Salmos 138:8
Seguramente al acercarse el fin de año acostumbramos a hacer una evaluación de los planes y propósitos que establecimos el año anterior; es posible que no hayamos terminado todas las cosas que planeamos, algunas otras ni siquiera las iniciamos, algunas otras las cumplimos y otras las modificamos; así mismo al terminar el año establecemos nuevos planes para el año que dará inicio y nos proponemos llevar a feliz término los planes que hacemos.
El salmista nos invita a pensar, no solo en nuestros planes, sino también en los planes que Dios tiene para nosotros, planes que se basan en su amor para nosotros, un amor que no cambia, el amor de aquel que nos creó.
El 2020 fue un año atípico, pero aun así el Señor no nos abandonó; hoy quiero invitarte a que recuerdes todo el amor que el Señor ha tenido contigo, tal vez no sea fácil verlo a primera vista, pero los invito a que en familia nos ayudemos a verlo, recuerden lo que dice la palabra: “Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva” por tanto, el propósito de Dios se está cumpliendo en tu vida. Respondan entre ustedes ¿Cómo vieron el amor del Señor en este año 2020?
El amor del Señor no cambia y desde luego los planes de bien que Él tiene para nosotros tampoco, por tanto podemos afirmar que el Señor cumplirá su propósito en nosotros y lo hará en el año 2021.
Quiero darte gracias por haberme permitido estar contigo en los altares familiares de este mes y para terminar, mi familia y yo les deseamos un Feliz año 2021, nunca olviden:
Dios es bueno todo el tiempo y todo el tiempo Dios es bueno.
Comparte con tu familia un propósito para el año 2021 y cuéntales como incluyes al Señor en ese plan.
¿Qué pueden hacer los otros miembros de la familia para apoyar ese propósito?