Los tiempos modernos, se caracterizan por estar cargados de estrés y agitación, la vida diaria se vive a ritmos demasiado acelerados, dejando en nosotros la percepción que cada vez contamos con menos tiempo o que este avanza muy rápido; a pesar de esto, la voz del Señor reitera que independientemente del ritmo de la vida y de las obligaciones y responsabilidades diarias, nos es imperativo dedicar tiempo a la oración.
La oración al ser es la expresión más importante de los nacidos de nuevo, requiere de constancia en su ejercicio, debido a que como lo referenció el altar familiar de hace ocho días, es por medio de ella que podemos obtener para nosotros y para otros la satisfacción de las necesidades, tanto físicas como espirituales. Pero al mismo tiempo, es también arma divina establecida por Dios para contrarrestar los siniestros ataques del maligno y sus ángeles, además es a través de ella por la cual confesamos nuestros pecados y nos arrepentimos y como lo expresa el texto guía, es instrumento por el cual las personas agradecidas expresan su sincera adoración delante de Señor.
Por consiguiente, se insta a perseverar en la oración, por lo que recomendamos:
Establece uno o varios horarios de oración: En la medida que hagamos de la oración parte de nuestra agenda diaria y le separemos tiempos específicos, más fácil será tomar tiempo para orar y evitaremos descartarla. Los apóstoles nos dieron ejemplo «Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración» (Hechos 3:1)
En la medida que puedas establece un lugar específico para orar: Cuando destinamos un lugar puntual para orar, esto nos ayuda cumplir nuestra cita de oración y al mismo tiempo denota el interés por tan benéfico ejercicio. «Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. (Mateo 6:6)
Evita distracciones: La cita con Dios merece tiempo de calidad, por lo tanto evita al máximo hacer dos cosas al tiempo.¿Tienes en tu agenda marcada la cita de oración diaria con Dios? ¿Tu hogar reconoce un sitio de oración personal o familiar? ¿Te concentras cuando oras o dejas que cualquier cosa te distraiga?