continuando con la reflexión de ayer el salmista dice: Sin hablar y sin palabras, sin que se escuche su voz, a toda la tierra llega su eco, hasta los límites del orbe sus palabras. Ahí le ha puesto una tienda al sol (lenguaje figurado) la alabanza silenciosa es lo más, importante pues las palabras no son capaces de expresar todo lo que se siente; por eso a veces es mejor callar como Job y decir: lo que sabía de ti era lo que me habían contado, pero ahora mis ojos te ven. Así que retiro mis palabras y te ruego me perdones. “Señor perdónanos por hablar tanto y prometerte cosas que nunca cumplimos, hoy nos humillamos y guardamos silencio ante ti y con toda tu creación te adoramos” Amén
ICDC Berna